En nuestra Fiesta de Moros y Cristianos estos actos son de los pocos verdadera mente insustituibles.
En 1983 se introducirá un cambio esencial en las Embajadas: se desecharon los textos que los Embajadores habían recitado desde la reaparición de las fiestas en 1945, y se introdujeron los que se utilizan actualmente en las fiestas de junio.